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VAYASEMESTRE

Cansancio

Llevaba tanto tiempo sin entrar aquí, que casi ni me acoraba que aún tenía este blog. La verdad es que tampoco merecía mucho la pena, pues no hay relevante en este sitio, pero que más da. Sinceramente, no sé de donde estoy sacando las fuerzas suficientes como para escribir estas líneas ya que probablemente haya dormido unas tres horas. Llevo mucho tiempo sin poder descansar bien. No soy capaz de dormir más de cuatro horas seguidas. Y estoy cansado. Físicamente. Mentalmente. Anímicamente. Pero esta fatiga tampoco se basa completamente en mis problemas de sueño. También me encuentro cansado de la vida. Cansado de mi suerte. De mi destino. De ser un perdedor nato. De todo.

Llevo tanto tiempo sin tener una pizca de suerte. Mucho tiempo arrinconando mis desgracias a un lado de mi alma. Poniendo buena cara al mal tiempo. Fijándome en lo bueno, intentando ser positivo. Pero al final, todo es pura fachada. En solo un momento todo se puede venir abajo. Y entonces, ¿qué te queda? Nada.

Dicen que tropezándose uno aprende a caminar. Pero estoy tan cansado de levantarme una y otra vez del frío suelo que ya ni siquiera no me apetece. No encuentro motivos para ello. Parece que no hay forma de conseguirlo. Y si lo pienso ni siquiera tengo un sitio a cual dirigirme. No sé a donde ir. Entonces, ¿para qué volver a intentarlo?

Hay momentos en al vida en los que parece todo te sale mal. Pero antes o después esa mala racha termina, se va y es sustituida por una buena llega en su lugar. Sin embargo, llevo mucho tiempo esperando que eso suceda. Intento mantenerme a flote como puedo mientras tanto. Pero ya estoy cansado de nadar y no divisar tierra en el horizonte. Cansado de esperar que algún barco me rescate. Cansado de esperar que algo bueno me suceda. Cansado de no conseguir las pocas cosas que quiero, que necesito. De no tener nada por lo que merezca la pena levantarse por las mañanas. Necesito algo por lo que luchar. Algo que me devuelva la ilusión. Una meta. Algo que ponga un poco de color a mi grisácea existencia. Que me lleve por el buen camino. Pero parece tan difícil que uno pierde la esperanza. Pierde las ganas de probar de nuevo. De seguir adelante. Y lo peor de todo es que tengo miedo. Y es que tememos perder las cosas que queremos, pero también se tememos no conseguirlas nunca.

Probablemente nadie lea este texto y, realmente, me da igual. No quería más que soltarlo todo. Plasmar de alguna manera lo que siento... o lo que no siento.

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